Realicé mis estudios pre- primarios en el Colegio Castillo Encantado, luego estudié el nivel en el Colegio El Camino, de donde conservo aún grandes amigos.
Mis padres decidieron que mis estudios luego de sexto primaria, debían continuar en un colegio de Señoritas, en donde mis valores y principios se coronaran con una buena formación académica. Es entonces que en 1986 inicio estudios es el Colegio de Señoritas El Sagrado Corazón, lugar de mis amores y de donde guardo maravillosos recuerdos. Mis amigas, grandes hermanas a la fecha, compartieron conmigo las travesuras propias de niñas, los sueños de toda adolescente, las mariposas que un primer amor produjo, en fin, esos lazos que hasta hoy no se han roto y que me llevaron a este maravilloso momento político en mi vida.
Realicé estudios de Administración de empresas en la Universidad Mariano Gálvez, así como un diplomado en Gerencia de Mercadeo en Loyola.
Las ventas y el mercadeo, me han acompañado en los últimos 14 años. Desde ser Asesor Financiero en el sistema bancario, hasta realizar la gratificante labor de Visitador Médico Veterinario. Fue gracias a esta última labor, que comprendí que hombre y mujeres podemos realizar las mismas labores y que no debemos competir, sino que inteligentemente, debemos complementarnos, pues sin duda habrá situaciones que tanto uno como el otro realice con mayor eficacia y habilidad.
En este mismo campo me atreví a iniciar mi faceta como empresaria, en la rama de animales exóticos. Por muchos años fui capacitada en Relaciones Interpersonales, Trabajo en Equipo, Excelencia en el Trabajo, Productividad, Manejo de Objeciones, Negociación.
Tuve de Dios el regalo maravilloso de poder alcanzar en varias ocasiones, altos niveles en ventas, que me posicionaron en primeros lugares y conseguir de la corporación para la cual trabajo, reconocimiento y respeto a mi trabajo y a mi, como mujer, triunfando en un mundo aparentemente de hombres.
La vida me ha enseñado que si no olvidas que nada de lo que tienes es por tus habilidades y capacidad, sino porque Dios tiene misericordia de tí y te permite crecer y alcanzar tus metas, disfrutas más y no despegas los pies del suelo.
Claro que como mujer y madre divorciada, en la mayoría de ocasiones que triunfé me sentí orgullosa y mi ego crecía, pero cuando también fracasé o las cosas no salieron como planifiqué, me tocó bajar de la nube y evaluar mis puntos débiles, no para bajar la cabeza, sino para llenarme de valor y volverlo a intentar.
Hoy mi vida da un giro impresionante y estoy acá, escribiendo algo de mi historia de vida, para decirle a los guatemaltecos, que no soy más especial que nadie, soy, lo que he dejado que Dios haga en mí, que debo mejorar todos los días, pero que entendí que debía dar algo de lo mucho que he recibido de mi país, debo trabajar para que mi familia y las de todos tengan paz y esperanza para continuar. Quizá puedo parecer increíblemente soñadora, pero hasta que Dios no me diga que no es este el camino, no desmayaré.
Quiero llegar al Congreso de la República a trabajar, a fiscalizar, a legislar, porque tengamos mayores oportunidades, porque se respeten nuestros derechos y los de nuestros hijos, pero sobre todo, quiero devolverle a nuestra constitución, el respeto que merece. No pretendo descubrir el agua azucarada, solo deseo trabajar porque la ley se cumpla.
Mis padres decidieron que mis estudios luego de sexto primaria, debían continuar en un colegio de Señoritas, en donde mis valores y principios se coronaran con una buena formación académica. Es entonces que en 1986 inicio estudios es el Colegio de Señoritas El Sagrado Corazón, lugar de mis amores y de donde guardo maravillosos recuerdos. Mis amigas, grandes hermanas a la fecha, compartieron conmigo las travesuras propias de niñas, los sueños de toda adolescente, las mariposas que un primer amor produjo, en fin, esos lazos que hasta hoy no se han roto y que me llevaron a este maravilloso momento político en mi vida.
Realicé estudios de Administración de empresas en la Universidad Mariano Gálvez, así como un diplomado en Gerencia de Mercadeo en Loyola.
Las ventas y el mercadeo, me han acompañado en los últimos 14 años. Desde ser Asesor Financiero en el sistema bancario, hasta realizar la gratificante labor de Visitador Médico Veterinario. Fue gracias a esta última labor, que comprendí que hombre y mujeres podemos realizar las mismas labores y que no debemos competir, sino que inteligentemente, debemos complementarnos, pues sin duda habrá situaciones que tanto uno como el otro realice con mayor eficacia y habilidad.
En este mismo campo me atreví a iniciar mi faceta como empresaria, en la rama de animales exóticos. Por muchos años fui capacitada en Relaciones Interpersonales, Trabajo en Equipo, Excelencia en el Trabajo, Productividad, Manejo de Objeciones, Negociación.
Tuve de Dios el regalo maravilloso de poder alcanzar en varias ocasiones, altos niveles en ventas, que me posicionaron en primeros lugares y conseguir de la corporación para la cual trabajo, reconocimiento y respeto a mi trabajo y a mi, como mujer, triunfando en un mundo aparentemente de hombres.
La vida me ha enseñado que si no olvidas que nada de lo que tienes es por tus habilidades y capacidad, sino porque Dios tiene misericordia de tí y te permite crecer y alcanzar tus metas, disfrutas más y no despegas los pies del suelo.
Claro que como mujer y madre divorciada, en la mayoría de ocasiones que triunfé me sentí orgullosa y mi ego crecía, pero cuando también fracasé o las cosas no salieron como planifiqué, me tocó bajar de la nube y evaluar mis puntos débiles, no para bajar la cabeza, sino para llenarme de valor y volverlo a intentar.
Hoy mi vida da un giro impresionante y estoy acá, escribiendo algo de mi historia de vida, para decirle a los guatemaltecos, que no soy más especial que nadie, soy, lo que he dejado que Dios haga en mí, que debo mejorar todos los días, pero que entendí que debía dar algo de lo mucho que he recibido de mi país, debo trabajar para que mi familia y las de todos tengan paz y esperanza para continuar. Quizá puedo parecer increíblemente soñadora, pero hasta que Dios no me diga que no es este el camino, no desmayaré.
Quiero llegar al Congreso de la República a trabajar, a fiscalizar, a legislar, porque tengamos mayores oportunidades, porque se respeten nuestros derechos y los de nuestros hijos, pero sobre todo, quiero devolverle a nuestra constitución, el respeto que merece. No pretendo descubrir el agua azucarada, solo deseo trabajar porque la ley se cumpla.
El equipo que me acompaña es capaz, somos todas mujeres, madres, estudiantes, esposas, trabajadoras, que esperamos esta oportunidad, para trabajar con las mujeres por todos sus derechos y por la nación en general. Sin embargo creemos en que si nos ocupamos de las mujeres y los niños tendremos una sociedad sana y nuevamente con valores.
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